El nuevo estudio de pintura de José Saborit se ubica en un bajo en el barrio de Ruzafa, en un local anteriormente ocupado por un bar de copas.
Se liberó el espacio al máximo, creando dos ambientes diferenciados: la zona representativa de exposición y el taller creativo.
La luz es el tema central del proyecto, por los propios requerimientos de programa. Abrimos un pequeño patio al fondo de la nave posterior, y ubicamos dos claraboyas en la nueva cubierta inclinada.
El taller es un lugar flexible, con diferentes ambientes dentro de un espacio continuo. El uso de acero y madera, y los paramentos de ladrillo visto, enfatizan el carácter industrial de taller y espacio de trabajo, y aportan personalidad al lugar.